Banquete, Baile y Tequila: ¡Se Nos Casó Carolina!

La verdad es que yo pensé que Carolina jamás le daría el “sí” a su novio de tantos años. Y
no es que sufra esos celos enfermizos de hermano de los que tanto hablan las series de
televisión o las películas, ni tampoco me cae mal Javier, lo que pasa es que él ya le había
pedido matrimonio como en 4 ocasiones y Carolina hacía como que “la virgen le hablaba”
una y otra vez. Primero por terminar la licenciatura, luego por su maestría en Los Ángeles y
después porque estaba a punto de conseguir la dirección regional de ventas en su empresa.

¿Por qué decidieron casarse en Tequila?

Luego de 10 años de novios, mi hermanita finalmente dio su brazo a torcer. Carolina y
Javier decidieron celebrar su boda en Tequila, en el mero corazón de Jalisco. No sé bien
cómo está el chisme, pero me parece que una de sus escapadas de novios, que hace unos
años tantas “canas verdes” les sacaron a mis papás, fue precisamente aquí y por eso
eligieron casarse en Tequila. A mí siempre me han gustado los mariachis, la fiesta, el
tequila y los pueblitos coloniales, pero lo que más me llega al corazón es la buena comida...
¡y en Hacienda El Centenario de Mundo Cuervo encontré todo eso y mucho más!

¿Qué es Hacienda El Centenario?

Resulta que José Cuervo es mucho más que el tequila que has venido mezclando con
refresco de toronja desde que te enfiestabas a escondidas de tus papás. Con este viaje me
he enterado de que Mundo Cuervo tiene una presencia súper importante en esta región de
Jalisco, fomentando la difusión de las costumbres, la cultura, la música y la danza
tradicionales de México, ¡no solo fabrican un tequila buenísimo!

Hacienda El Centenario es el enorme centro de convenciones de Mundo Cuervo. De estilo
arquitectónico colonial, tiene elegantes salones y jardines padrísimos en los que hay un
montón de esculturas de Leonora Carrington. En mitad de este precioso lugar, en una
noche fresca y despejada de enero, rodeada de todos los que la queremos, se nos casó
Carolina.

Prometo Serte Fiel en lo Próspero y en lo Adverso

Los arreglos florales en la Parroquia de Santiago Apóstol quedaron fregones. Hasta las
amigas de mi hermana, sus damas de compañía, se arreglaron guapísimas (como nunca
las había visto). El intercambio de votos fue súper emotivo y mi mamá y todas las tías
lloraron a mares cuando vieron salir a mi hermana tomada del brazo de Javier con una
sonrisa enorme… Y mientras todo eso pasaba, yo moría de hambre. Gracias a Dios nos
esperaba un exquisito banquete en Hacienda El Centenario, a menos de 10 minutos a pie
desde la iglesia en la placita central de Tequila.

De entrada sirvieron algo que por más que he tratado de reproducir en casa con los mismos
ingredientes, nomás no me queda tan rico como lo que probé ese día: queso panela al
horno con hierbas finas, nueces, tomates y miel de agave. De plato fuerte hubo filete de res
en salsa de tequila, acompañado con cebollitas fritas y puré de camote, ¡solo de recordar
esta delicia empiezo a salivar como perrito de Pavlov! Para el postre nos dieron un brownie
de chocolate oscuro con pistache que estuvo fantástico. La verdad es que tengo que
agradecer a Javier el haber elegido estos suculentos platillos para el menú, me chocan las
bodas en las que te dan cosas con nombres súper rebuscados e ingredientes ultra

sofisticados, pero que al final de la noche nadie sabe ni qué cenó. “5 estrellas y excelente
servicio” para el chef y los cocineros del banquete en Hacienda El Centenario, ¡mis
respetos!

¿Qué más hubo en la boda en Tequila de Caro y Javi?

Discursos muy bonitos de nuestros papás y también de los papás de Javier, un mariachi
buenísimo (ni les hizo falta tener a un cantante con la voz de Alejandro Fernández para
derretir a todas las señoras), mucho baile, los clásicos tropezones de la tía Rocío bailando
“Payaso de Rodeo” que todavía hoy recordamos riendo y, por supuesto, también hubo
mucho tequila… Yo normalmente soy fiel a José Cuervo Tradicional Reposado, pero esa
noche me permití tener un “affair” con Gran Centenario Añejo, ¡qué bueno es!

Aunque los novios se hospedaron en Solar de las Ánimas, casi todos nos quedamos en
Hotel Villa Tequila, ¡súper bonito! Al día siguiente, yo aproveché para conocer la fábrica La
Rojeña y explorar más atractivos del pueblito, pero de eso ya escribiré en otra ocasión.