La ciudad de Guadalajara, capital del Estado de Jalisco, es una gran metrópolis del sur mexicano y probablemente uno de sus principales destinos turísticos del país. La belleza de sus calles, la calidez y hospitalidad de su gente, y los múltiples y variados atractivos turísticos invitan a recorrerla de punta a punta. Y es que el arte y la cultura respiran en esta ciudad, la esencia mexicana que corre por sus venas se manifiesta en su música, sus sonidos, su sabores y sus aromas tradicionales. En este artículo te contamos sobre uno de los múltiples rincones escondidos de la ciudad, el Jardín Francisco Zarco y la historia detrás del nombre.
El Jardín Francisco Zarco se encuentra entre las calles Independencia y Juan N. Cumplido y su historia es muy particular. El pequeño oasis urbano fue conocido con múltiples nombres, como el Jardín de la Gaceta, la Caja de Agua, el Jardín Buzeta y Jardín Francisco Zarco. Se construyó justamente para dar paso a la caja de agua ubicada en el centro de la calle. Durante muchos años funcionó aquí la fuente de agua que servía a los habitantes de este sector de la ciudad, quienes solían llegar con cántaros para abastecerse. El aspecto era el de una caja de madera cerrada con un candado, y por esto es que el jardín toma uno de sus nombres populares. Una pileta funcionaba además como bebedero para los caballos, mulas y burros que entraban por este sector de la capital, pero en 1904 el Ayuntamiento recibió un comunicado solicitando la demolición de la caja y la pileta por obstaculizar el tránsito, además de que se encontraban sucias con la polución normal del constante tráfico. En su lugar se solicitaba instalar un hidrante.
José Trinidad Alamillo, un famoso periodista, impresor y político mexicano, fue también el dueño y director del periódico La Gaceta de Guadalajara, que tenía su predio, desde 1907 hasta 1914, en las propiedades a las que el jardín les presta su belleza. Junto con el entonces administrador de periódico, Francisco Munguía Torres, decidieron hacer un jardín abierto al público, para que sus empleados pudieran recrearse y distenderse de las rutinarias tareas que debían realizar. Para esto, Alamillo dispuso de una superficie aproximada de 1500 metros para crear un área deportiva, que luego se convertiría en el Jardín. Dada la enorme popularidad del periódico en aquellos años, los habitantes de la ciudad comenzaron a llamar al jardín el “Jardín de la Gaceta”. Pero cuando Trinidad Alamillo se mudó al Estado de Colima durante su candidatura a gobernador, el jardín quedó descuidado e incluso al borde de su desaparición.
Por otro lado, para el año 1912 el Ayuntamiento aprueba la demolición de la caja de agua y el acueducto, acordando que el jardín tomara el nombre de “Fray Pedro Buzeta”. En el año 1924 los vecinos de Guadalajara solicitan que un jardinero limpie y cuide el jardín que se encontraba en condiciones de total abandono, por lo que se decide que el cuidado del mismo estuviera a cargo de los alumnos de escuelas oficiales. Cuando Alamillo regresa en 1930 pretendiendo cercar su jardín, las autoridades, considerado ya al espacio verde un patrimonio de la comunidad, le niegan la autorización prometiéndole comprárselas, ya que querían que siguiera funcionando como un área de descanso y recreo para el disfrute de los habitantes de la localidad. Sin embargo los acuerdos se vieron interrumpidos con la muerte de Alamillo. Fue recién Carolina Ruíz de Ochoa, la nieta Alamillo quien logró efectuar la compra del jardín por parte de la ciudad.
En 1949 el Jardín fue reacondicionado, se le colocaron 14 bancos de concreto, se instalaron 10 faroles, y en su centro una fuente que terminó de convertirlo en el espacio ideal de descanso y relajación para los que pasean o pasan por este sector de la ciudad. Además, sobre la cara que da a la calle Cumplido descansa la estatua en bronce de Francisco Zarco.
Joaquín Francisco Zarco Mateos, mejor conocido como Francisco Zarco, fue un periodista liberal mexicano nacido en Durango el 3 de diciembre de 1829. También se destacó como político, historiador y hasta fue uno de los miembros que conformó el Congreso Constituyente de 1856.
Su historia transcurre en los tiempos de la Guerra de la Reforma de México o la Guerra de los Tres Años, además vivió para presenciar la derrota del llamado Segundo Imperio Mexicano.
Francisco Zarco defendió la libertad de expresión, los derechos del pueblo y la causa republicana. Fue un agudo crítico del sistema capitalista, y tras escribir una obra en contra de Mariano Arista, el militar y ex presidente mexicano, fue perseguido políticamente. Expresó sus ideas políticas en diversos diarios como El Siglo Diez y Nueve, El Demócrata, El Monitor Republicano, La Ilustración Mexicana, El Presente Amistoso, e incluso fundó su propio periódico al que llamó “Las Cosquillas”.
El Jardín Francisco Zarco de Guadalajara es una visita infaltable para cualquier turista que llegue a la ciudad.
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